lunes, 19 de septiembre de 2011

Veinticuatro.

Acabar la carrera, tener una buena moto con la que llevarte a todas partes, un pisito compartido con amigos cerca del centro, pequeño y luminoso.
Y por fin, ser libre, hacer lo que me salga de las pelotas y correr a mil por hora por la Castellana con tu pecho en mi espalda. Hacer planes de futuro juntos y llamar a agencias de viajes para reservar los billetes de un avion que nos lleve de vacaciones a donde el surf sea el deporte local y no halla mucho mas que arena, sol y palmeras. Coger olas por la mañana, follar toda la tarde, sudar como cabrones y amanecer con mas grados de los necesarios.
Mas tarde, volver a Madrid, y seguir flipando.


Dicen que de ilusiones vive el hombre, y esto que acabas de leer de momento no es mas que eso que dicen que nos mantiene vivos. Pero como ya te he dicho muchas veces, solo necesito tiempo. Confia en mi, que te prometo que hacerlo, a parte de bonito, es una apuesta segura.

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