martes, 20 de septiembre de 2011

Las implacables ansias.

Que pasaria si un dia despues de una larga y sudorosa mañana llegas a casa con terribles ansias de alimentarte a base de salchichas. Para templar los nervios y las inplacables ganas de comer, abres la nevera y sacas un buen paquete de estas. Enciendes el fuego para cocinarla, pero lo pones al maximo para producir asi una aceleracion en la preparacion del alargado alimento. De echo, pones el fuego a tal nivel que la salchicha con solo tocar el hirviente aceite se conbustiona en el instante. Aunque ya no tiene la buena pinta por la que se ha caracterizado para ti hasta ese momento, un rugido estomacal te recuerda que deverias comertela ahora que ya esta "cocinada". La pones en un plato, coges unos cubiertos y comienzas lo que, mas que ser una comida, cada segundo que pasa se convierte mas en una lucha por ver quien aguanta mas. La salchicha o el cocinero?
Tú, ya sabes la respuesta ee Lutis. Jajajajaja.
Evidentemente, la salchicha que antes era y el carbon que es ahora terminan por ganar la encarnizada batalla.
Una pena para la hambrienta cocinera, que tendra que esperar a que la vida le traiga mas salchichas que cocinar, o destrozar por las ansias, a su nevera.
De los errores se aprende, aunque nisiquiera los hallas cometido en ciertos casos todabia. Pero tampoco me hagas mucho caso, que yo solo digo lo que dicen ellos.
Sabes que te quiero verdad, cocinera? ;)

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