martes, 13 de diciembre de 2011

Lo que de cuello para arriva se refiere.

El mar aquella mañana estaba mas frio de lo normal en aquella epoca del año, y las burbujas que provocaban las olas al impactar con extraña rabia en la arena color cafe con leche de la playa eran tan grandes como las cabezas de los champiñones de la huerta de mi abuelo Miguel. Champiñones que por consecuencia me recordaron lo bonito que esta el bosque que rodea la casa de mi abuelo en Otoño. Lo armonico que suena el sonido del viento meciendo las ramas de los arboles mas altos junto con la melancolica melodia que del viejo banjo de mi tio sale tarde tras tarde. Que simple, placentera y completa es la vida del carroza de mi abuelo.

Al introducir los pies en el helado y burbujeante mar que ante mi se extendia, note como todas las venas de mis extremidades mas bajas dejaban de transportar sangre. No puedes imaginar hasta que punto ese agua te hace desear que te corten los pies. Algo parecido pasa cuando entablas una conversacion con el tempano de mi abuela. Puedes notar como lentamente todas, y digo todas, las venas de tu cuerpo dejan de transportar cualquier tipo de fluido. Y como tu corazon, por instantes preocupantemente cada vez mas extensos, deja de latir. No puedes imaginar hasta que punto esa mujer te hace desear que te corten la cabeza.

Suponiendo que el sentido comun, la amabilidad, la ternura, el calor humano y todas estas cosas que nos hacen ser mas humanos a los humanos se guardaran en la cabeza, la unica manera posible de convivir con una persona como mi abuela seria prescidiendo de lo que del cuello para arriva se refiere.
Esto me lleva a la explicacion de porque mi abuelo sufre pequeños delirios momentaneos cuando se sienta en la puerta de su casa del pueblo al atardecer y empieza a hacer con la boca sonidos parecidos a los de un viejo banjo, mientras recita una cancion que dice estar dedicada a la epoca del año que hace que el bosque que rodea su imaginaria casa este tan bonito. Creo que es el Otoño, pero nunca le consigo entender del todo.

Dicen que de tal palo tal hastilla. Esta es una frase que cada vez estoy mas seguro de que la hicieron por mi madre y su progenitora, mi abuela, ya que son identicas. Y no solamente en lo que al fisico se refiere, sino a absolutamente todo. Todo. La vida en Praga con ella no siempre es facil, pero menos mal que en las vacaciones de semana santa siempre solemos venir aqui, al pueblo de mis abuelos: Villanueva de los caballeros, un pueblecillo de Castilla la Mancha. Me encanta este pueblo, ya que aparte de tener a la gente mas simpatica de probablemente toda España tiene uno de los mares mas bonitos que jamas he visto, y que porcierto, desde que me lo enseño el loco de mi abuelo, paseo con el por su playa todas las Semanas Santas.

No es que sepa mucho de geografia, pero se lo suficiente como para no entender muy bien que hace un mar en la mismisima Castilla la Mancha.. Aunque, sinceramente, lo que mas me preocupa hoy en dia es cuando, al igual que le ha pasado a mi pobre abuelo, perdere yo tambien la cabeza. Ya que para vivir con mi madre, que como ya he dicho es igual que mi abuela, lo unico que se necesita es estar loco. O como tambien ya he dicho, prescindir de lo que de cuello para arriva se refiere. Espero que mi cordura aguante hasta que cumpla la mayoria de edad y asi poder irme a vivir a las casa del bosque de mi abuelo una temporada para que me enseñe a tocar su viejo banjo.